miércoles, 16 de noviembre de 2011

Capítulo 9 - La última cita, para mí

Es un poco raro. Me sentía como si llevará una carga encima. Miraba por la ventana de mi habitación, esperando a que pasará el rato, justo hasta el momento en el que quedemos. Elizabeth se encontraba fuera, en su jardín, jugando con las muñequitas, yo la miraba con una sonrisa, sabiendo que las cosas iban a ir bien para ella. En los últimos días, había empezado a jugar con ella, ya que me lo había pedido, era un encanto. Me levanté de la cornisa, y luego me dirigí hacia la puerta, cuando la abrí, vi en las escaleras a mi hermano, sentado en un escalón, leyendo un libro que no recuerdo a verle visto antes. Me acerqué a él por la espalda sin que él se diera cuenta, luego mire por encima de su hombro lo que leía.

-¿Qué lees? – pregunte haciendo que se sobresaltara.
-Nada. Un libro – dijo mientras lo cerraba y suspiraba.

Se levanto del escalón y luego se dio la vuelta mirándome a los ojos.

-Últimamente, te veo muy extraña – dijo con una sonrisa torcida.
-Ya, es que…  bueno, que… -hice una pausa. Ya no me quedaba ninguna opción, al fin y al cabo se iba a ir – He tenido un novio.

Jon me miro sorprendido, por un momento pensé que iba a gritarme, pero solo sonrío y se río.

-¿Por qué no me lo has dicho antes? – dijo mientras me cogía de la mano.
-Creía que te enfadarías – dije cabizbaja.
-A ver, tan protector para alejarte de los chicos, no soy – dijo sonriendo.
-Ya, bueno, es que, tu manera de comportarte a veces, me parece un poco tirando al límite – dije mientras le devolvía la sonrisa.
-Y eso de que “has tenido” – dijo serio.
-Pues, que se va del instituto y del país mañana – dije mientras me forzaba por no dejar caer las lágrimas que llevo todo el día aguantando – Y hoy, tendremos la última cita, bueno, “cita” precisamente no. Lucas, Jessica y Nefarian también se vienen.
-Vaya y ¿quién es Nefarian? – pregunto.

Ahí me ha pillado, si le digo que era el chico con el que fui a la pizzería el día de los cazavampiros adiós a la cita…

-Un amigo de Jeremy – dije.

Jon se rió.

-Así que, ¿tú novio es el chico con el que fuiste a al fiesta? – pregunto mirando de forma cómplice.

Vaya, me había olvidado de decirle el nombre de mi novio desde el principio. Las cosas que me pasan hoy no son ni normales. Jon me soltó la mano y luego me dio un abrazo, el cual duro unos segundos, se separó de mí y sonrió orgulloso.

-Espero que disfrutes de la cita. Por cierto ¿dónde será?
-Si te lo diga irás a espiar – dije sonriendo.
-Vaya. Veo que me conoces.
-He vivido contigo 17 años, Jon.
-Ya lo creo – dijo subiendo totalmente las escaleras, dirigiéndose a su habitación – Voy a seguir leyendo. Avísame cuando te vayas.

Yo asentí dedicándole una sonrisa de verdadera alegría. Jon siempre estará hay conmigo, en lo bueno y en lo malo. Aunque parece que en cuanto en mi relación amorosa, no será para tanto tiempo. Yo me fui al baño, para ducharme y vestirme. Dejé que el agua templada me diera de lleno en la cara, esperando que despejará mis ideas y noté de vez en cuando como algunas lágrimas se juntaban con el agua que recorría mi rostro. Me vestí y me peine con un paso lento, mirándome a mi misma en el espejo, fijo en mis ojos amarillentos pensando en la posibilidad de poder estando con Jeremy. Pero, era imposible, en cuanto tenga que empezar a beber sangre, no dudaría con ese demonio dentro, en matarme a mí u a otros de sus amigos de clase.

Salí del baño y subí a mi habitación, donde tenía preparado mi bolso, el cual cogí rápidamente. Luego me dirigí al cuarto de mi hermano, donde estaba leyendo aquel libro, aproveche cuando estuve a su lado, para mirar la portada del libro, el libro se llamaba “Ghost in the Sky”, un bonito nombre para un libro.

-¿Ya te vas? – pregunto mi hermano al darse cuenta de que miraba la portada del libro que se encontraba leyendo.
-Sí – dije sonriendo.
-Espero que te lo pases bien, Janiz – dijo levantándose de la cama.
-Gracias.
-¿Necesitas dinero?
-Para nada.
-¿De verdad?
-Ya ha vuelto a salir el Jon mega protector – dije con un leve risilla.
-Vale, vale, era para asegurarme de que no puedas pagarte el restaurante de vuestra cita – dijo sonriendo divertido.
-Tranquilo. Te llamaré en cuanto este con ellos – dije mientras hacía el gesto del teléfono en mi oído.
-No hace falta. Confío en ti – dijo volviendo a sentarse en la cama.
-¿De verdad? – pregunte incrédula.
-¡¿Qué imagen tienes de mí?! – dijo sorprendido.
-Vale, déjalo, no quiero llegar tarde – dije mientras me acercaba a la puerta y agarraba el manillar – Adiós.
-Adiós – respondió echándose a leer.

Bajé las escaleras con una sonrisa en el rostro, mirando fijamente cada escalón por el que pasaba. Cuando llegué abajo, fui directa a la puerta, cogí el manillar y salí dejando la sonrisa de mi rostro, dentro de mi casa. Todavía eran las 6 y ya estaba oscureciendo, la calle estaba desierta, Elizabeth ya no jugaba en el jardín y los coches que pasaban eran de los del pueblo vecino que venían de visita o cualquier cosa que les apeteciera hacer aquí. Yo caminé por la calle con los ojos casi cerrados, sin ninguna prisa, sin importarme quien pasará a mi lado y quien no. Hasta que escuche que alguien me llamaba. Estaba tan sumida en mis pensamientos, que no me di cuenta de que había pasado delante de el cine y que Lucas me estaba llamando, bueno, no me di cuenta hasta que Lucas grito mi nombre.

-Perdonadme. No me había dado cuenta – dije intentando sonreír.
-Bueno, no pasa nada. Esos dos también llegan tarde – dijo Jessica con cara de frustrada.
-¡Oye! ¿A ella no le pegas por llegar cinco minutos tarde pero a mi si cuando vine medio minuto tarde? – pregunto indignado Lucas.
-No lo entiendes. Es cosa de chicas – dijo esta poniendo su puño frente a la cara de Lucas, quien estaba totalmente acojonado por la fiereza con que se tomaba las cosas Jessica.
-Oíd. Mañana ¿podrías venir conmigo a un restaurante? Cualquiera, me da igual, como si es una “quesería”  - dije sonriendo de forma forzada.

Sabía que lo último había hecho que ellos se dieran cuenta de mi estado, pero, no podía mentir, estaba totalmente rota por dentro, el corazón me iba a dar un vuelco en cualquier momento y caería sobre mi misma.

-Hola – dijo alegremente Nefarian.
-Hola – dijo Jeremy mientras se acercaba a mi – Mira. Se que estás enfadada, pero…
-Tranquilo – le corté – Sé perfectamente lo que pasa, además, no estoy enfadada, solo triste, ¿vale?

Jeremy me miro extraño y luego asintió cabizbajo. Yo no sé él, pero yo quería morirme hay mismo, me daba exactamente igual, como si era aquel vagabundo, como si era el propio Lucas, quería caerme y no volver a levantarme…

Sin previo aviso, Jeremy me abrazo, provocando que yo me sumergiera en un llanto casi inimaginable. Pero, no podía pasarme todo la noche así, mañana se iban y no podía quedarme sin lágrimas para entonces. Cuando Jeremy me soltó, Nefarian se me acerco sonriendo de forma burlona y luego me seco las lágrimas.

-Vamos Janiz. Alguna vez, cuando “controlemos a nuestro perro demonio”, nos volveremos a ver – dijo Nefarian disimulando hacia Jessica y Lucas.

Eso me hizo sonreír, era verdad. Se iban porque no querían hacer daño a nadie del pueblo, por lo que cuando consiguieran saciar su sed, podrían volver. Se acabo la idea de querer morirme, ¡hay que aprovechar! Pensándolo, que repentino cambio de actitud, a ver si yo voy a ser bipolar…

-¿Qué película elegimos? – pregunto entusiasmado Nefarian.
-Cálmate – dijo Jeremy mientras me cogía de la cintura.

Él me miro de manera cómplice y yo le respondí sonriendo.

-¡Por favor! Otra cursilada ¡no! – dijo histérico.
-¿Y a ti que te pasa? – pregunto incomprendida Jessica.
-Que es como yo, no entiende estas cursiladas – dijo Lucas chocando los cinco con Nefarian mientras este sonría desbordado.
-Vale. En serio ¿qué película vemos? – dije mientras me controlaba por no sonrojarme.
-¡Ya sé! Veremos “Noche de miedo” – dijo Lucas sonriendo maquiavélicamente – Wuajajaja.
-¿Wuajajaja? – pregunto extrañado Jeremy.
-¡Da igual! – dijo Jessica - ¡Vamos!

Nos dirigimos a las taquillas, pedimos cinco entradas para “Noche de miedo”. Jessica repartió una entrada para cada uno y luego nos fuimos a comprar la comida. Me compré una cola y un paquete de palomitas para mi sola (Soy un poco golosa). Los demás se compraron sus palomitas y sus refrescos. Me senté, como no, entre Jeremy y Nefarian, no podía perder la última oportunidad de estar con ellos, después de todo, me han ayudado y me han salvado las veces que he necesitado que lo hicieran.

Antes de que empezará la película, noté como algunas lágrimas perdidas caían de mis ojos. Pero no duraron, porque Jeremy estaba atento a mí y me las seco con la manga de su camisa. Me cogió de la mano y no me la soltó en todo lo que duro la película.

Cuando termino la película, supe, que llegaba el momento del adiós, bueno, hasta luego.

-Entonces ¿mañana vendrás al aeropuerto a despedirte? – pregunto ansioso por un “sí” Jeremy.

Yo asentí segura de mi misma. Nefarian me dio un fuerte abrazo, pero más que intención de abrazarme, tenía intención de susurrar.

-Por favor, no os pongáis cursis delante de mí – susurro en tono de suplica.

Yo sonreía divertida por lo que pedía, Jeremy se me acercó para besarme, pero yo le pare los labios con el dedo.

-El beso especial para mañana – dije mientras sonreía orgullosa.
-Mmm – “dijo” agónico Jeremy.

Mire a Nefarian con la sonrisa y él me la devolvió divertido.

-Mañana – dijo él mientras se daba la vuelta para ir a su casa.

Jeremy me dio un beso en la mejilla sin que me diera cuenta y rápidamente fue tras Nefarian, no sin antes echar un último vistazo atrás y despedirse de mí.

-Parece que nosotros no existimos – dijo Lucas.
-Tú no te vas del país – dijo Jessica por la repugnación de Lucas.
-No pasa nada – dije pasando un brazo por el hombro de cada uno – Nosotros seguiremos estando juntos.

Ellos sonrieron y asintieron llenos de alegría.

-Bueno, voy a mi casa, que mi hermano se altera – dije separándome de ellos.
-Dile que te lo has pasado pipa – dijo Lucas levantando el pulgar.

Yo asentí y me alejé de ellos. Ya no estaba triste, sentía la alegría en mí. Caminé tranquila, aunque, la tristeza volvió a comerme por dentro, mañana era un adiós, bueno, según Nefarian, un hasta luego durante un largo periodo de tiempo. Suspire echando todas mis penas, luego fije mi vista al frente, me puse firme y sonreí con todas mis ganas. Hasta que escuché el aullido de un perro. Me acerqué a un callejón donde estaba el perro, era un pastor Alemán. Creía que se había perdido, pero cuando mire la placa que llevaba en su collar, supe que vivía en esa calle, y que estaba justamente esperando en la puerta trasera del edificio. Claro, lo abría dejado fuera mientras hacia sus necesidades. De repente el perro me gruño y se fue con un aullido triste. No me di cuenta, de que no me gruñia a mí, no me di cuenta hasta que note el aliento de alguien detrás de mí. Cerré los puños y me puse amenazadora y me di la vuelta…

…y entonces lo vi. Vi sus ojos negros clavados en mi cara, sus colmillos deseosos de sangre. Quise gritar, pero algo pasaba que solo emití un ligero gemido de miedo, cuando conseguí pronunciar una silaba, él se abalanzo sobre  mí y hundió sus colmillos en mi cuello…

**

Creía que yo iba a tener una vida normal, pero no, llego la invitación, luego la fiesta, a partir de ahí, nada era como yo quisiera que hubiera sido. Yo, ya estoy muerta. Al final, las cosas no acabaron como yo quería que acabarán… ¿Han acabado para mí? Creo que sí…

Adiós a la sobre-protección de mi hermano Jon.
Adiós a las peleas de Jessica y Lucas.
Adiós a las sonrisas burlonas de Nefarian.
Y adiós al último beso de Jeremy…

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