Sentía miedo. Notaba como alguien me observaba y eso me ponía los pelos de punta.
-¿Te vas a comer eso? – pregunto Lucas señalando el bocadillo que conservaba en mi mano.
-No tengo hambre – estiré la mano ofreciéndole el bocadillo – Puedes comértelo tú ahora o dejárselo a tu amigo verde.
Lucas era mi mejor amigo, era moreno como yo pero de bronceado permanente. Tenía como mascota a una serpiente gigante (a la que yo llamaba amigo verde).
-No creo que le guste un bocadillo de nocilla – Hizo una pausa – Aunque le puedo añadir una rata.
Lucas cogió el bocadillo y con la platina que tenía del suyo, envolvió lo que seguramente iba a ser la merienda de una serpiente gigante. ¡Perdonadme! Me olvide de presentarme, soy Janiz Stark, tengo 17 años y tengo una vida completamente normal (Por si pensáis que soy un bicho raro que escupe bolas de fuego o algo así).
-Mira quien viene ahí – dijo Lucas señalándome con los ojos detrás de mí.
A lo lejos vi llegar a Jessica, venía con paso ligero con unos tacones rojos chillones, dejando a merced del viento su pelo rubio.
-Dudo mucho que el aire acondicionado sea lo suficientemente fuerte para que parezcas una modelo en la pasarela, Jessica – le dije indicándole con un movimiento de cabeza donde estaba la silla.
Se sentó en la silla e hizo una postura bastante extraña, mientras empezó a jugar con su flequillo.
-¿No vas a comer nada? – pregunto Lucas a Jessica.
-¿Para qué? Siempre acabas pidiendo comida para esa cosa larga y verde que no sé como te atreves a meterla en tu casa – dijo ella bruscamente mientras le miraba amenazante.
-Eso y que el desayuno es algo importante – dijo Lucas respondiendo con la misma mirada.
-Será la merienda – dije mientras reía entre dientes.
-¿Qué dices? – dijo Lucas mientras con su mano indicaba con los dedos el número tres – Son tres comidas al día; desayuno, almuerzo y cena. Y la más importante de las tres es el desayuno.
-Me refiero que esto es la merienda del descanso de clases Lucas, no que la merienda sea importante – dije mientras se me escapaba una risita.
Alguien me puso de repente una mano en el hombro y di un ligero brinco sobre mi silla, y antes de poder virarme y ver quien era, se acerco a mi oído y susurro.
-Perdona si te estaba asustando antes al mirarte. Lo digo porque te note algo extraña mientras lo hacía.
Se aparto levemente de mí y escuche como se alejaba. Jessica miraba extraña como se iba, mientras yo me quedé de piedra en estado de shock. Se acerco a mí incrédula y me miro entre enfado y sorpresa.
-¿Qué te ha dicho Jeremy? – pregunto mientras yo aún estaba en shock.
-¿Je-Jeremy? – pregunte sorprendida al saber que era él.
-Sí, te ha susurrado algo, ¡dispara! – dijo acercándose más a mi esperando que hablará.
-No me ha dicho nada importante – dije mientras me levantaba de la silla.
-¿Adonde vas? – pregunto Lucas intrigado.
-¡Ya sé! Seguro que dijo que salgas para hablar contigo a solas, se te va a declarar o a besar directamente – dijo Jessica excitada, levantándose con intensión de seguirme.
-¿Jeremy? ¡Ja! Lo dudo, últimamente anda muy extraño, siempre esta alejado de los demás, excepto Alex, que es como una lapa, siempre pegado a él – dijo Lucas mientras se terminaba el bocadillo – Tiene poco sentido que se te vaya declarar.
-Pero no me ha pedido nada de eso – dije mientras cogía mi mochila – Voy a la taquilla a coger los libros de la siguiente clase como siempre.
Cuando me alejé de la mesa oí como hablaban Lucas y Jessica. Camine por los pasillos por donde había muchos estudiantes más. Me acerqué a mi taquilla, y antes de que pudiera meter la llave en la cerradura, alguien se apoyo en mi taquilla, vamos, entre la llave y la cerradura. No tarde mucho en reconocer quien era al ver su pelo negro y sus ojos azules.
-Me harías un gran favor apartándote, Jeremy – dije intentado evitar que mi piel se erizara por el miedo.
-¿Tienes miedo? – dijo mientras sonreía.
-¿De qué? – pregunte confundida.
-De mí, Janiz, de mí – dijo dejando ver la cerradura de mi taquilla.
-¿Por qué debería tenerte miedo? – dije mientras metía la llave en la taquilla.
Jeremy se quedo callado a mi lado sin saber que responder. Me seguía mirando intensamente, para no estar mirándole yo a él notaba que casi no pestañeaba.
-Jeremy, estás apoyado en la parte de las bisagras de la taquilla, te importaría…
-…Quitarte de ahí – dijo mientras se apartaba.
-¿Por qué estás aquí? ¿Qué quieres? – dije con la cabeza agachada.
- Si te lo digo… -silbo de una manera peculiar.
-¿Tendrías que matarme? – dije sonriendo.
-¡No! Por Dios. Pero si quieres que te lo diga, tendrás que venir a la fiesta de Larry conmigo.
-Lo siento, voy sola.
-¡Venga! Nadie va solo o sola, y menos una chica como tú.
-¿Cómo yo?
-Tú ya me entiendes. Venga, por favor.
-¿Cómo sé que me llevarás a la fiesta y no ha otro lugar?
-Ejem, no tengo carnet de conducir, ni siquiera tengo un misero coche ¿adónde te iba a llevar andando si tu también sabes donde está la casa de Larry?
Tenía razón y yo lo sabía, pero no quería ir con él, sabía que no traería nada bueno.
-Si te lo vas a pensar mucho me puedo ir, ya que es lo que quieres – dijo poniendo cara de inocente.
-No, espera. Sí. Iré contigo - dije de repente asombrando a mi misma por lo que dije.
-Bien, te buscaré a las… 8 y cuarto o algo así
-¿Buscarme?
-Claro, aunque vaya andando hay que buscar a la chica a la que se invita, no esperarla ya en la fiesta ¿no te parece? Además, tiene poco sentido invitarte en una fiesta que no tiene música justamente para bailar, si te dejo tirada en la puerta de tu casa. Así que, si, te buscare. Ah, y no te pongas tacones.
-No, si tampoco pensaba hacerlo.
-Bien, bien. Perfecto. Entonces bien.
-Eres muy repetitivo ¿sabes?
-Ya. Ya que he hecho mi cometido puedo ir a buscar mis libros para la siguiente clase – dijo mientras movía la mano en modo de despedida.
Vi como se alejaba sin saber lo que me esperaría ir a esa fiesta… con él.
-Señorita Janiz Stark – dijo una voz familiar detrás de mí.
Me di la vuelta y allí estaba Jessica viniendo hacia mí, arrastrando a Lucas con ella.
-¿Quedas con un chico y no piensas decírselo a tu mejor amiga? – dijo esta enfadada.
-¡Y a tu mejor amigo! – añadió Lucas intentado que Jessica le soltara el brazo.
-Se acaba de ir, no ha pasado ni un minuto desde que me lo pidió – dije como excusa.
-¡Existe una cosa llamada móvil! Y no te he visto cogerlo en cuanto se ha ido – replico Jessica sacando el suyo.
-Pero…
-Déjala, si se ha quedado embobada mientras Jeremy se ha ido – me interrumpió una voz a mi lado.
Se trataba de la pandilla de animadoras (como en todas las películas, son las que fastidian el día de uno, en eso nunca nadie se equivoca). La que había hablado era Melanie, (¡si, la capitana!), era la más bajita (curioso dato siendo la capitana) y de pelo rubio. Se la conocía como “la roba-parejas” ¿Por qué? Porque si un chico quedaba con una chica delante de ella, por fastidiar conseguía que ese chico deje a la chica y acabará saliendo con ella. Eso me hace pensar… ahora va a intentar convencer a Jeremy que me deje y que vaya con ella. Lo gracioso de todo ese rollo, es que ella tenía novio, (por capricho, porque casi nunca se les ve juntos) su novio era Ken, es normalito (no futbolista), solo que iba a karate por las tardes y se pasaba el día entrenando, algo que hacia entender que Melanie solo le quería para que le defendiera de alguien, pero, ¿de quién? Pues, de los tíos que se negaban a dejar a su pareja e ir con ella. Una paliza, conocida como “la lección”. Nadie le había ganado nunca, total, que es el invencible de todo el instituto.
-Has tenido mala suerte, se lo iba a pedir yo, y dudo que se niegue a salir conmigo. Valgo más que tú – dijo esbozando una amplia sonrisa.
-No sabes de lo que me libras – dije susurrando para mí.
-Adiós perdedora, espero que disfrutes yendo sola a la fiesta del pelo-pincho – dijo dando la vuelta con las demás para buscar a Jeremy.
-¿Pelo-pincho? – pregunto Lucas confuso.
-Larry – respondí yo.
Cuando estuvieron a punto de hablar de la conversación de antes, me adelanté a sus palabras y enfadada les dije:
-¿Me estabais espiando todo este tiempo? Era una broma lo de mis “mejores” amigos ¿verdad?
-¡No! Janiz, lo siento, si somos tus mejores amigos, pero… - hizo una larga pausa - ¡Lucas me obligo!
-¡¡¿Qué yo qué?!! ¡¡Estás loca!! ¡Llevas todo el rato tirando de mí! – dijo este sobresaltado.
-No la mientas, malvado, siempre has sido malo, esa serpiente te ha comido el cerebro – siguió esta.
-¡Pero deja de echarme la culpa a mí! No te he hecho nada para que seas así, cabra, más que cabra.
Ante este momento no pude evitar reírme y deje pasar totalmente mi enfado.
-Oíd, vamos a ver como Melanie va a pedirle a Jeremy que me deje – dije de repente.
-¿Qué? Pero no te duele lo que va a hacer – dijo Jessica tristemente.
-¿Por qué? Yo no quería ir con él, me convenció y ya esta – dije sonriendo como si nada – A fin de cuentas, ese es uno de los entretenimientos de aquí, quizá acabe viniendo Ken y le haga “la lección”
Corrimos por los pasillos, hasta que vimos a mucha apretujada en un círculo ¡Hay estaba! (No era difícil de ver, era algo normal y entretenido) Me metí entre los primeros, me dejaron pasar al ser la actual pareja de Jeremy.
-Oye Jeremy – empezó a decir Melanie con su clásica voz dulce – Yo, había pensado pedirte que vinieras conmigo a la fiesta de Larry, porque sabía que tu no me lo pedirías por ti mismo. Pero, ya vi que ibas a ir con Janiz.
Jeremy asintió sonriente.
-Pero… ¡yo quiero ir contigo! Te quiero, eres una monada y aunque nunca te lo he dicho, siempre te he querido – dijo Melanie acercándose más a él.
-Si a “monada”, le quitas “-da”, sale “mona”, ¿me estás llamando “mona” pulguita? ¿Te parezco un simio con lacito? – dijo Jeremy provocando carcajadas en los estudiantes de alrededor.
-¿Qué? – dijo Melani saliendo de su voz dulce- Me has… me has, llamado, ¿pulguita?
Jeremy asintió orgulloso.
-De esta te vas a arrepentir, vas a sufrir en tus carnes “la lección” – dijo Melanie mandando un mensaje por el móvil.
-¿De verdad, pulguita? ¿Vas a llamar a tu perro faldero? Pero mira el segundo sentido de la frase, suena a falda – dijo Jeremy “riéndose” en la cara de Melanie.
-Ya me dirás cuando te parta la cara. Ah, bueno, no me dirás nada porque te la habrá partido – dijo Melanie soltando una carcajada maligna.
-Hasta un mono se ríe mejor que tu pulguita – dijo Jeremy.
Todos los de alrededor se empezaron a reír agitadamente, yo no pude evitar reírme con los demás. Al final, me iba a quedar en ir a la fiesta sin Jeremy porque no iba a estar en condiciones físicas después de “la lección”. Ya que entre la multitud había llegado un fornido y enfadado Ken.
-Deberías haberte callado – dijo Ken a Jeremy, mientras este aún se reía. Se notaba bastante que lo estaba ignorando por completo.
Ken se dirigió hacia Jeremy y se interpuso entre él y Melanie. Antes de que Jeremy se pudiera reponer, Ken le lanzo un puñetazo en la cara que lo empujo contra las taquillas que tenía detrás. Todos se asombraron del tan repentino y temprano golpe y dieron unos pasos más atrás para que Ken hiciera sus llaves de “la lección”. Pero, antes de que Ken pudiera darle un segundo puñetazo, Jeremy se agacho y arremetió contra las rodillas de Ken impulsando su cara contra las taquillas con las que se dio antes y tirándolo luego al suelo, dándole en el estomago. Todos (incluida yo) se quedaron boquiabiertos. Nadie le había plantado cara de esa manera a Ken y eso hizo que se pusieran a vitorear hacia un lado o al otro, como “Dale lo suyo, Ken” o “Demuéstrale que no es invencible, Jeremy”, todos vitoreaban cosas distintas, yo quería hacerlo pero no me atrevía.
-Casi me rompes los dientes, perro faldero – dijo Jeremy abriendo la boca y comprobando si tenía alguno roto.
No sé si fue mi imaginación o que, pero me pareció ver, como uno de los colmillos de Jeremy, se había movido, pero como si se hubiera hecho pequeño de repente, estaba claro, mis ojos me jugaban una mala pasada. Ken se repuso de nuevo y agarro a Jeremy por los hombros y le pego un rodillazo en las costillas. Jeremy gimió de dolor, pero no sé rindió. Agarro como respuesta a Ken por la cintura y tiro de él hacia las taquillas que se encontraba a la espalda de Ken, un fuerte ruido metálico sonó justo cuando la espalda de Ken impacto contra las taquillas. Ken cayó al suelo totalmente dolorido y Jeremy le soltó, dejándonos a todos boquiabiertos y súper asombrados por haberle ganado, pero yo no estaba asombrada de sorpresa, estaba asombrada de miedo porque estaba vez no me había pasado nada malo en los ojos, juro por mi vida, que mientras Jeremy empujaba a Ken, sus ojos se habían vuelto totalmente negros. Deseaba que estuviera equivocada, que no podía ser cierto lo que vi, era totalmente imposible…
-¡Carguemos con el campeón! – grito uno de los futbolistas.
Todos los allí presentes cargaron con Jeremy por los pasillos, demostrando lo que había hecho. Yo seguía allí, me había dejado caer de rodillas tras recordar esa imagen, he intentando hacerme creer que no lo había visto, que no era real, pero mi interior sabía que era real. No estaba yo sola allí, las animadores estaban esperando a Melanie, que le estaba echando la bronca a Ken por haber perdido, ya que la humillación se la llevo ella. Vi como Jessica y Lucas se acercaron preocupados a mí.
-¿Qué haces aquí tirada? – pregunto Lucas ayudándome a levantarme.
Sin pensármelo dos veces me lance a abrazar a Lucas, quien se sorprendió y me respondió el abrazo sin preguntarme nada, porque enseguida noto que me pasaba algo. Estaba asustada, y no me importaba a quien hubiera abrazado, pero mi vida se había ido volando. Había visto un monstruo, que aunque me pareciera imposible, podría tratarse de un vampiro.
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